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En Los Ángeles, un hombre enmascarado le rompe la ventanilla con una cachiporra a un inmigrante aterrorizado que está al volante de un camión detenido.

En Baltimore, unos agentes le rompen la ventanilla a una persona, y la agarran del cuello para sacarla del auto.

ICE dice que sus agentes “solo hacen uso de una fuerza objetivamente razonable”. Pero, en todo Estados Unidos, lo “razonable” ya no es lo que era.

“Le vamos a hacer mierda la ventanilla y lo vamos a sacar a rastras”

Videos: Zeus S., Job Garcia, Kayla Somarriba, pattyhern3, Telemundo Nueva Inglaterra, Univision

Este reportaje contiene videos y descripciones de detenciones violentas.

En un suburbio de Maryland, antes del amanecer, a un mes de inaugurado el gobierno de Trump, un alto funcionario de ICE estaba de pie junto a un Mazda que sus agentes acababan de detener.

El funcionario le dijo a un reportero de la televisión local en la escena lo que estaba a punto de suceder. “O nos da el carnet”, dijo, “o le hacemos mierda la ventanilla y lo sacamos a rastras”. Entonces, como el conductor se negó a salir del coche, los agentes rompieron el cristal.

Fue uno de los casi 50 casos documentados de agentes de inmigración que rompieron ventanas de vehículos que ProPublica ha identificado a partir de redes sociales, noticias locales, demandas y entrevistas desde que el presidente Donald Trump asumió el cargo hace seis meses. Usando los mismos métodos, encontramos solo ocho en la década anterior. Ninguna de las cifras es exhaustiva. El Gobierno no publica estadísticas al respecto.

Expertos en el uso de la fuerza y ex miembros del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas dicen que la táctica rara vez se utilizó durante las administraciones anteriores. Dicen que no se conoce ningún cambio de política que autorice a los agentes a romper ventanas. Más bien, es parte de una ruptura normativa más amplia.

Hay cuotas de detenciones, y cada vez son más agresivas. “Se ha puesto un énfasis en la rapidez y el número de detenciones que antes no existía”, afirma Deborah Fleischaker, jefa de personal de ICE durante la presidencia de Joe Biden.

A los agentes que rompen cristales no se los sanciona, sino que se los asciende. El funcionario de Maryland, Matthew Elliston, ocupa ahora un alto cargo en la sede central y supervisa las operaciones en la costa este. Del otro lado del país, un jefe de la Patrulla Fronteriza que también adoptó esta táctica, Gregory Bovino, quedó a cargo de las redadas en Los Ángeles. (Ninguno de los dos respondió a las preguntas de ProPublica).

ICE afirma que sus agentes utilizan un “mínimo de fuerza” en las detenciones. Saque sus propias conclusiones.

Al menos 10 personas declararon haber sido heridas este año en detenciones con ventanas rotas. Cuando llegó al centro de detención procedente de Spokane, Washington, César Ruiz Rodríguez tenía una herida abierta en la parte de atrás de la cabeza, dijo su abogado, y las radiografías mostraban esquirlas de vidrio en las rodillas de su hermano Jeison. ICE afirmó que los hermanos, nacidos en Nicaragua, eran miembros de la pandilla venezolana Tren de Aragua. Ambos negaron su pertenencia a la banda. Descubrimos que a los hermanos los habían acusado de amenazar a un familiar, pero los fiscales retiraron los cargos.

En Kentucky, ICE detuvo a Martin Rivera y a su novia, Jennifer Gribben, ciudadana estadounidense, aunque en realidad buscaban a un fugitivo. “Dijeron que buscaban a García,” dijo Rivera en una escena que la pareja transmitió por Facebook Live y que luego borraron. Uno de los agentes respondió: “Pero te encontré a ti”.

Luego procedieron a romperle la ventanilla del coche. Gribben escribió en Facebook que la golpearon “brutalmente en la cabeza” y que los agentes le rompieron el brazo a Rivera. Se declaró inocente de los cargos de resistencia a la autoridad y agresión en tercer grado derivados del incidente.

Cerca de Detroit, agentes de ICE enmascarados sacaron de su coche a Verónica Ramírez Verduzco, de 49 años, empleada de un hogar de asistencia, arrastrándola por una ventanilla que rompieron. Según su abogado, cinco días después del incidente, Ramírez Verduzco aún tenía heridas cortantes en los antebrazos.

ICE le informó a ProPublica que los agentes están autorizados a utilizar la fuerza cuando los civiles no siguen sus órdenes. Pero Ramírez Verduzco y otros contaron que casi no les dieron tiempo a responder antes de que los agentes les rompieran las ventanillas.

“No tuve chance de entender lo que estaba pasando”, dijo en una entrevista poco antes de que se ordenara su deportación a México.

Tu auto es una zona gris en términos constitucionales. No goza de las mismas protecciones avaladas por la Cuarta Enmienda que tienen los domicilios particulares. Uno puede negarse a abrir la puerta de su casa si los agentes no le muestran una orden judicial, pero no puede negarse a bajarse del coche.

La Constitución sigue estableciendo cuándo es legítimo emplear la fuerza, y cuánta pueden ejercer los agentes. Pero no hay reglas claras. ¿Deben romper los cristales minutos o segundos después de parar un vehículo? ¿Hace falta sacar a alguien a rastras por la ventanilla rota cuando podrían esperar a efectuar la detención otro día?

“El uso de la fuerza debe ser objetivamente razonable”, afirma Bruce Alan Barnard, instructor jubilado de la Cuarta Enmienda en el Centro de Formación de las Fuerzas de Seguridad Federales en Georgia, donde se entrenan los agentes del ICE. El problema de lo “objetivamente razonable”, dice Barnard, es que “es un oxímoron. Lo que es razonable para usted puede no serlo para mí”.

A los agentes de inmigración no les dicen si tienen que romper o no las ventanillas de los autos ni de qué manera deben hacerlo, según nos informaron antiguos funcionarios federales. Nada se dice al respecto en las directrices sobre el uso de la fuerza para los agentes de inmigración. No es que haya estado prohibido. Solo era una táctica inusual.

No se dice nada al respecto en las directrices del gobierno sobre el uso de la fuerza para los agentes de inmigración. Y los ex instructores y alumnos del centro de formación en Georgia afirman que nunca formó parte del plan de estudios.

A principios de este año, el zar de la frontera Tom Homan lanzó una de sus ya conocidas amenazas a una ciudad santuario, prometiendo hacer del área de Boston un “infierno”. Para ese fin, sus agentes de inmigración necesitaban ayuda.

Un comunicado de prensa de ICE no tardó en anunciar su colaboración con otras agencias federales, entre ellas la Guardia Costera y el Departamento de Estado, en un operativo de un mes de duración en la zona, que bautizaron Operación Patriota. (La Guardia Costera confirmó que ayudó a transportar a las personas detenidas en Martha’s Vineyard y Nantucket. El Departamento de Estado también confirmó su participación. Ninguno de estos organismos hizo más comentarios).

Unos testigos filmaron en la cercana ciudad de Waltham, Massachusetts, a agentes enmascarados de la Administración para el Control de Drogas y de Investigaciones de Seguridad Nacional, junto con agentes de agencias no identificadas, que interrogaban a dos hombres estacionados en una furgoneta. “Si me demuestran que están aquí legalmente, los dejo en paz”, dijo uno de los agentes, que como única identificación tenía su chaleco antibalas que decía “agente federal”.

En los meses subsiguientes, agentes federales de otras agencias han seguido participando en operativos de inmigración en todo el país.

¿Qué ocurre si los agentes se pasan de la raya? Por lo general, poco y nada.

Los mecanismos para demandar a los agentes federales son aún más limitados que para la policía, por lo cual a los inmigrantes se les dificulta aún más exigirles a los agentes responsabilidad ante cualquier caso de mala conducta.

“Las probabilidades están en su contra”, afirma Fleischaker, ex alto funcionario de ICE.

Incluso si un juez decide conceder una indemnización por daños y perjuicios, eso no suele cambiar lo que ocurre -o ya ocurrió- en los tribunales de inmigración, que son un sistema aparte. Las pruebas de una detención violenta rara vez evitan que a alguien lo deporten, y si ya ha sido deportado, no lo ayudarán a volver.

La familia detenida el Día de la Madre presentó una denuncia por acciones “ilegales y excesivas”, pero al padre ya lo deportaron a México. (El gobierno no respondió a la denuncia ni a las preguntas de ProPublica al respecto). Precursora de una demanda civil completa, la denuncia dice que su hijo de 3 años le dice ahora a la gente: “La policía rompió la ventana y tiró a papá al suelo”.

Las indemnizaciones en casos similares han sido pequeñas. Una mujer de California detenida por la Patrulla Fronteriza en 2016 después de que los agentes rompieran la ventana de su automóvil mientras sus hijos gritaban llegó a un acuerdo dos años después por $25,000.

Cuando le preguntamos en detalle a la Casa Blanca por la táctica y los incidentes ocurridos, se mantuvo firme en su defensa de los agentes. “ProPublica es un pasquín de izquierda que está descaradamente al servicio de los extranjeros ilegales”, afirmó la vicesecretaria de prensa Abigail Jackson en un comunicado. “Los agentes de ICE están sacando heroicamente a estos extranjeros violentos e ilegales de las calles estadounidenses con la máxima profesionalidad”.

La subsecretaria del Departamento de Seguridad Nacional, Tricia McLaughlin, también defendió la táctica cuando le preguntaron por la Patrulla Fronteriza. Los agentes “pueden romper las ventanillas de los vehículos” si los ocupantes no acatan sus órdenes, dijo. En junio, un portavoz de ICE declaró para ProPublica: “Nuestros agentes están entrenados para utilizar la mínima cantidad de fuerza necesaria para resolver situaciones de manera que se garantice el éxito del operativo y se dé prioridad a la seguridad.”

Otros organismos cuyos agentes estuvieron implicados en los incidentes que documentamos -el FBI, la DEA y la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos- no respondieron o se negaron a hacer comentarios sobre casos concretos.

A veces basta con la amenaza. Un solicitante de asilo afgano que se bajó del auto ante la amenaza de ICE de romperle la ventanilla dijo en una declaración jurada: “Me hizo acordar a los talibanes”.

Es posible que todo esto sea solo el principio. Poco antes de que se aprobara a principios de julio la flamante ley de política interior de Trump, el zar de la frontera Tom Homan dijo en una conferencia cristiana conservadora que las agencias de inmigración recién estaban empezando. La ley triplicará el tamaño del ICE y añadirá miles de agentes de inmigración.

¿Les parece que estamos deteniendo a mucha gente ahora?”. dijo Homan. “Aún no han visto nada”.

Cómo hicimos esto

A principios de este año, la reportera Nicole Foy se enteró de que agentes de la Patrulla Fronteriza cerca de Bakersfield, California, le habían roto la ventanilla a un coche. El reportero McKenzie Funk también observó que los agentes de inmigración utilizaban esta táctica en el estado de Washington. El gobierno federal no hace un seguimiento público de la frecuencia con la que los agentes rompen las ventanillas de los coches, ni los funcionarios del gobierno accedieron a las peticiones para hablar al respecto.

En los meses siguientes, Foy y Funk buscaron en redes sociales, noticias locales y expedientes judiciales, y documentaron numerosos casos. Hablaron con funcionarios y ex funcionarios de agencias de seguridad expertos en derecho constitucional y organizaciones de todo el país, y se pusieron en contacto con los organismos de los agentes implicados en los incidentes.

Junto con la periodista de investigación Mariam Elba, también investigaron los antecedentes de las personas que pudieron ser identificadas cuyas detenciones por inmigración se muestran en este reportaje. Buscaron antecedentes en los tribunales penales de los condados en los que se produjo la detención, así como en aquellos en que, según los registros públicos, la persona había vivido anteriormente. Encontramos una única condena penal: Verónica Ramírez Verduzco fue condenada por volver a entrar de manera ilegal en el país.

La averiguación de antecedentes penales no es exhaustiva porque no existe una base de datos universal de cargos o condenas, y no había suficiente información para identificar a algunas personas. Cuando el gobierno afirmaba algo sobre alguien, Foy y Funk le pedían pruebas. El gobierno no aportó ninguna evidencia.

Cómo ayudarnos

¿Tiene información o vídeos que compartir sobre estas medidas de mano dura del gobierno? Póngase en contacto con Nicole Foy por correo electrónico ([email protected]) o Signal (nicolefoy.27) y con McKenzie Funk por correo electrónico ([email protected]) o Signal (212-379-5757).

Diseño y desarrollo de Anna Donlan, edición visual de Shoshana Gordon, investigación de archivo de Mariam Elba e investigación general de Rob Davis. Producción adicional de Lucas Waldron.